Acoso escolar: no son los protocolos, son los hábitats escolares
Se cuestiona la insistencia en tratar el acoso escolar con protocolos sin transformar los despersonalizantes hábitats escolares que configuran los centros.
«No hay razón para perder la calma, tenemos un protocolo de actuación.» «No se trata de un caso de acoso escolar, es un hecho puntual.» «El centro tiene un plan de actuación que ha puesto en marcha.» «El profesorado de guardia no vio los hechos.» «La familia había informado sobre indicios de acoso a su hijo.» «Los autores de los hechos serán sancionados.» «Piden la expulsión del centro de los acosadores.»
Frases de portavoces de la administración o de los centros educativos y de las familias y prensa, que reflejan el fondo de las estructuras socio-educativas y administrativo-organizativas predominantes. Estructuras estas que funcionan en sentido contrario a la prevención de tal tipo de recurrentes hechos, punta de iceberg de un sistema de acontecimientos que abarcan distintos grados de intensidad.
Mientras, unos en el hospital, otros, muchos por descubrir, en la depresión… y los agresores significando su yo en la patológica vía de humillar-agredir al otro. Unos sufriendo uno de los dolores más difíciles de soportar a esas edades, el ser humillado y suprimido de los grupos en los que niños y jóvenes construyen su yo. Otros construyendo su personalidad en gran parte a partir de cierta dominante posición derivada de la agresión en grupo a un necesario-otro a excluir. Usual mecanismo para suplir carencias propias ya sean provocadas por los sistemas escolares mismos o por realidades psicosociales externas a éstos.
Traumas y depresiones que amenazan perdurar en el desarrollo emocional de los agredidos, comportamientos patológicos y violentos que amenazan participar activamente en la construcción de la personalidad de los agresores. Necesidad psicoevolutiva de pertenencia de grupo para ser yo. Edades clave en el desarrollo del ser humano hacia la edad adulta. Obligación de las administraciones de poner todos los medios necesarios para prevenir o vencer tales amenazas (las que se ciernen sobre los agredidos y las que se ciernen sobre los agresores) y del profesorado para implicarse al máximo en esa tarea.
Acoso escolar y estructuras administrativas
Unos despliegan protocolos y planes de actuación diseñados, muchas veces, desde las mismas tecnocráticas formas que construyen los hábitats escolares predominantes. Alimentan así los mismos mecanismos que favorecen cierta despersonalización de los que debieran ser agentes del funcionamiento escolar en el despliegue de sus potenciales y talentos.
Agrupamientos entre supuestos iguales distribuidos en pupitres individuales alineados en filas y tiempos tajantes a golpe de timbre. Actividades más bien individuales cuyos procesos de evaluación propician condicionamientos operantes en búsqueda de una recompensa externa cada vez más central en la vida de los “evaluados”. Enfoque individual de las tareas en búsqueda de esa recompensa que permite ascender en los engranajes académicos, más bien que enfoque colaborativo centrado en problemas a resolver que requieran de saberes humanos a integrar en el desarrollo evolutivo de los que debieran ser sujetos-agentes de la vida escolar. (Para más información en averkpasa.com, CLICK AQUÍ)
Adultos-profesores en los recreos vigilando, 20 o 30 minutos, dos o tres, esos minutos, solo esos dos o tres…. a los que les toca. Preocupación general desde afloramiento en prensa de los últimos acontecimientos sobre acoso escolar, a veces más por evitarse problemas que por un deseo sincero de ayudar a un desarrollo emocionalmente sano del alumnado.
Los recreos, esos momentos en los que es posible observar tantas, tantas cosas. Sociogramas que se dibujan claramente en la mente del observador interesado en esas “cosas de niños”…sí, son cosas de niños….por eso son tan importantes…y más para los adultos que participan profesionalmente en su educación. Extraña ver la sola presencia, al menos habitualmente, del profesorado de guardia.
Hábitats escolares y relaciones humanas
Otros, estén o no de guardia, siempre entre los chavales, en los recreos, en los pasillos, en los vestíbulos…accesibles en todo momento, interesados en lo que las miradas de niños y niñas o de jóvenes, pudieran señalar cuando llegan de sus casas, al inicio de las clases. En tantas ocasiones portando carencias afectivas más o menos intensas, cuando no resintiéndose de agresiones emocionales manifestadas tantas veces a través de comportamientos inquietos o desubicados. Un verdadero acogimiento de adulto en el que puedan confiar.
Acogimiento de esa realidad infantil y juvenil tantas veces desubicada, ya sea por las citadas carencias afectivas o por la no menos dañina sobreprotección parental, que alimenta la incapacidad al manejo de la frustración o al enfrentamiento esforzado y autónomo a los problemas o tareas que fuera el caso. Circunstancia esta que lejos de ser esgrimida como excusa ante ciertos fracasos de la escuela, debe ser integrada entre los asuntos que la profesión docente ha de tratar. Si se es profesor o profesora, se es de niños, niñas y jóvenes, y se es de los que hay y que son como son, y no como quisiéramos que fueran.
Adultos que realmente quieren estar con ellos. No por estar de guardia, no por disposiciones organizativas ni por protocolos ni planes de ningún tipo, sino por querer, simplemente por el impulso natural del adulto que está al cargo de niños, niñas y jóvenes. Un adulto para el que su asistencia al centro de que se trate no se reduce a impartir unas 3, 4 o 5 horas (de 50 minutos) de clase, poblando el resto del tiempo la sala de profesores, departamentos o cafetería, en ocasiones presto a alejarse de un alumnado que a algunos parece molestarles y que habita patios, corredores y vestíbulos en los recreos o entre clase y clase. Y allí pasan tantas cosas, esas que no se ven…. lo sabe el alumnado y lo manifiestan en cuanto tienen oportunidad.
Y querer estar con todos, con todas, y especialmente con aquellos que más lo necesitan y que tantas veces parte del profesorado está deseoso de no verlos, incluso en ocasiones manifestando desvergonzadamente alegría por sus ausencias, incluso si es debido a desgraciados avatares en su vida que les aboca, por ejemplo, a dejar el instituto para ser internado en un centro de menores.
Habitar los espacios de tránsito
Profesorado que dé vida a los centros escolares construyendo y manteniendo talleres de prensa, herbolarios, murales, exposiciones de minerales… en vestíbulos y corredores. Mesas dispuestas en esos espacios, en los lugares de tránsito, y ahí organizar materiales, diseñar actividades, leer o revisar elaboraciones del alumnado.
Habitar y dar vida a los espacios de las instalaciones escolares, presencias con sentido, abiertas siempre al acercamiento de la infancia y juventud a la que las instituciones escolares están llamadas a servir, más bien que presencia por guardia obligada como pieza de organigrama más destinada a cubrir imperativos legales que a contener y favorecer los sentires y potenciales positivos que residen en las vidas de unos escolares que tantas veces llegan faltos de referencias.
Adultos que, lejos de mirar hacia otro lado al menor atisbo de conflictividad, están prestos a intervenir desde el análisis de las causas profundas de los hechos, de las condiciones subjetivas y objetivas de las personalidades o de los condicionamientos de los sistemas escolares. Ejerciendo un principio de autoridad con la intensidad que fuera necesaria, en las situaciones que lo precisen. Principio de autoridad no proveniente de disposiciones administrativas tendentes a convertir al profesorado en policía, sino de un reconocimiento natural de un alumnado que ve a alguien que está con ellos cuando se le necesita, y que, alejado de partes y sanciones reglamentarias contenidas en frías normativas, no busca culpables sino causas y puntos desde los que intervenir para solucionar los problemas con la energía y estrategia en cada caso necesaria. Ahí quedan unos fragmento de testimonios de alumnado y el último de un profesor.
“…Esta reunión les sirvió a los niños para desahogarse, donde se emocionaron, y este quizás fue el factor más importante a conseguir, ya que son las emociones con las que uno se da cuenta de la realidad; tan distinta de como ellos creían, por eso, gracias a esto los niños comenzaron a expresare y a llegar a acuerdos, hasta el punto de calmar las relaciones entre ellos llegando a ser amigos.” […]
“… su cara cambió, en parte por la intervención de X (compañero de bach) […] diciendo una frase muy importante “yo no quería hacer daño” muy emocionado [….]. las caras de todos cambian como si supieran todo lo que hicieron, que al fin y al cabo no era su culpa, están en un sistema que no funciona, los castigos no son efectivos, de hecho en el IES el año pasado había cierta rivalidad por ver quien era el que tenía más partes [.] días más tarde al entrar al instituto me saludan, miro y veo 3 rapaces [los más enfrentados] de ese aula que estaban sentados en un banco, eran Y y Z, y otro del que no me acuerdo el nombre, una prueba evidente de que algo estaba cambiando”. […]
“. ..también me sorprendió lo de ponerse [el profesor], en vez en la sala de profesores, por el pasillo haciendo cosas”.
«… Allí se aclaran los hechos, las causas y motivaciones más profundas de las actitudes agresivas que se vieron. No se buscan culpables ni inocentes sino explicación de los hechos de los que todos fueron víctimas. Salen a la luz los muchos problemas del grupo: violencia, acoso, agresividad, soledad, aislamiento […] La intervención fue muy fuerte y da buen resultado. No hay culpables ni castigos, pero a partir de ese día cambió el ambiente de la clase, fue todo un éxito. Todos quedamos impresionados y hasta los más escépticos tuvieron que aceptar lo evidente: otra educación es posible”. […]
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Presencias profesionales y protocolos
Huele el alumnado la presencia forzada de quien solo está con ellos y actúa por obligación administrativa y/o protocalaria. Presencias tecnocráticas vaciadas de los flujos emocionales propios de las relaciones entre los cachorros y jóvenes de las especies y los adultos encargados de su contención y educación. Espacios y “discurrires” vitales así vacíos de significaciones y sentidos como piezas administrativas fríamente organizados.
Querer realmente ser entre esa infancia y juventud que transita por los centros escolares más por obligado tránsito que los sistemas imponen que por impulso natural hacia los lugares de construcción de conocimiento y desarrollo de potenciales y talentos que debieran de ser.
Se precisa una presencia mayor de profesorado verdaderamente interesado en las problemáticas de la infancia y juventud e implicado en la transformación de las infraestructuras espaciales y temporales y de los sistemas de decisiones que organizan los tipos de actividades y agrupamientos imperantes.
Posiblemente así centros y administraciones vean reducida la necesidad de elaborar con minuciosidad tecnocrática métodos y planes de prevención del acoso escolar. Y, consecuentemente, se reducirá también la necesidad de poner en marcha ciertos protocolos pensados para actuar después de producidos hechos que, muchas veces, venían gestándose desde tiempo atrás en unos hábitats cuya despersonalización y frialdad organizativa no solo propician, sino que también facilitan las ausencias, ya sean físicas o emocionales, de adultos que realmente quieran ver.
Buenísimo
Gracias Uxío, y saludos
Para mí, acertadisimo. Comparto
Hola Concha!! Gracias…..y saludos
Compartimos,impecable!
Muchas gracias, la verdad es que agrada ver que somos más los que vemos esto….porque sino no habría manera de cambiarlo…gracias por decirlo….un abrazo.
cuando tengas previsto venir por Cataluña, avisanos, será un placer conocerte.
Muchas gracias….lo haré encantando….el problema es que no tengo previsto ir por Cataluña…pero si alguna vez voy, os avisaré encantado….gracias….un abrazo
Excelente!!!!
Muchas gracias Susana, agrada saber que somos más los que pensamos así.
Bueniiiisimo!!
Gracias Susana, es bueno saber que somos más los que pensamos así…un saludo muy cordial
Estando de acuerdo contigo Manolo, piensa en lo que han hecho los medios de comunicación y demás, en la sociedad tan horrible hacia la que vamos directos. No son de extrañar ciertos comportamientos. La escuela se encuentra en un encrucijada difícil, porque nadar a contracorriente no es nada fácil. No disculpo a la administración, repito que estoy de acuerdo contigo, pero es desazonante tener unos ideales y una manera de entender la resolución de conflictos, creerte que tienes mucho poder para cambiar las cosas pero que luego el mundo, fuera de los muros de la escuela, sea cosa bien distinta… Puede que suene pesimista, pero pienso que cuando el origen está en familias, en los medios, etc somos insignificantes. Un saludo
Hola María, gracias por comentar…..claro, tienes razón, pero eso no es óbice para actuar y defender unos tipos de actitudes frente a otras, llevo 19 institutos…he visto todo tipo de actitudes, en el artículo se describen también actitudes positivas,,,,y se pretende, como ya veo que viste y que estás de acuerdo (gracias por decirlo) hacer incapié en aquellos aspectos infraestructurales y de actitudes profesionales donde, creo, radican las claves del asunto en las que administración y profes podemos intervenir. Y, claro, nadar a contracorriente no es nada fácil, como sabes lo hago por los ies por donde voy…..pero no es tan complicado estar en los espacios y tiempos donde se sabe que pasan las cosas….por ejemplo….y estar accesible a los chavales…etc…cuando se interviene en los lugares y con las actitudes adecuadas….muchos problemas se previenen y otros se solucionan….claro que con esta sociedad pasan estas cosas que dices…y es con la que tenemos que trabajar…como comprenderás, no voy a dejar de hacer lo que hago ni defender lo que defiendo porque algunas familias y los medios sean como son…..Bueno, María, vaya rollo puse aquí -:)…un día te cuento cosas concretas sobre lo que se habla en el artículo….
Genial, ya me contarás detalles. La deriva de la sociedad nunca será motivo para dejar de hacer las cosas bien, sólo que si familia y medios tiran de la cuerda para un lado, pobre maestro que tiene que tirar para el otro… Aún así lo seguiremos haciendo. Un abrazo
Hola Antonio, encantado de hablar contigo. Por supuesto, hay muchas más instancias con las que hablar y pedir responsabilidades, por supuesto. En este artículo de lo que se trataba es de hacer incapié en ciertras cosas, que los profesores sabemos que pasan en los centros. Soy profesor de instituto, llevo ya cirulando por muchos y viendo que hay unos profesores, como en el articulo se señala, que es una maravilla su esfuerzo e implicación…y que por otra parte hay otras actitudes, como sabes, que no es así. Se hace incapié también en las estructuras educativas, en la organización de los espacios y tiempos, y en la necesidad de que la administración, por supuesto, ponga todos los medios necesarios…y aunque en muchas ocasiones mejor que haya buenos protocolos, en el artículo se apunta a una critica su burocrática o tecnocráticas exigencias que con acierto criticas, pero insisto en que hay que intentar prevenir desde los lugares facilitadores de este tipo de hechos…como profesor desde hace 28 años, primero en centro concertado de integración infantil, primaria y eso, después, desde hace 10 años..en institutos de educación secundari, nada más lejos de mi intención que culpar a los profesores….como ves en el artículo se habla también de profesrores que hacen lo que en el artículo se defiende. El blog donde se publica el artículo es de un profesor, el que escribe el artículo (lo digo porque hablas en plural ). Y como profesor hago incapié en la labor que podemos hacer, sin ningún momento pensar que los profesores como tales seamos los culpables de la situación. Bueno…Antonio, un saludo..y gracias por tus comentario..que apunta a problemas que sin duda existen, y que yo, como profesor conozco… PD, por cierto, Antonio, estuve viendo tu muro, y la verdad me parece que tenemos una línea similar de pensamiento….por lo que independientemente de las aportaciones que tu comentario hace, me parece que creías que estaba escrito por personas que no pisaban día a día la realidad de nuestros institutos…y eso te hacía, no sin cierta razón, indignarte en cierta manera….ya que a veces se escribe y opina e incluso se legisla, sobre estas cosas sin vivir día a día a pie de obra…y de eso,claro, los profesores estamos un poco cansados….
Andá, Antonio, te entiendo…bueno, yo me implico así, como tú dices, pero yo no digo nada de eso, claro, ya no puedes más, pero hiciste justo lo que reclamo en el artículo..y criticas esos protocolos administartivos y cadenas burocráticas, porque, igual que yo, sabes donde está el problema….que nadie, o muy pocos hacen algo, pues eso, Antonio…eso es lo que ya está bien….llevo ya 19 institutos, presente en todos los lugares y momentos donde sé que puede haber problemas entre los chavales, interviniendo etc….entonces es que, por lo que veo, estás de acuerdo con lo que más o menos sostengo….bugno, gracias por lo de las disculpas, por lo que cuentas no son necesarias, además parece que el tono de tu comentario no iba dirigido a mí, no sabías que esto estaba escrito por un profe, que al igual que tu, está comprometido…..espero no quemarme, mientras tendré presente a todos los profesores que un día se implicaron y que la mediocridad y tecnocracia parece que pudo con ellos, pero que creo, vuestro testimonio es una gran aportación…muchas gracias, de verdad…no sabes hasta que punto te comprendo (muchcas veces cuando intervengo en situaciones conflictivas pienso que pueden acabar responsabilizándome a mi por ser el que está en el lugar etc…pero sigo…) Oye, te dejo un par de enlaces que seguro te interesan del blog que publico, un abrazo http://averkpasa.com/productos-de-experiencias-educativas-secundaria/testimonios-de-las-experiencias-educativas/ http://averkpasa.com/productos-de-experiencias-educativas-secundaria/fotografias-de-actividades-escolares/
El problema es la violencia y es un problema de todos, tenga el adjetivo que tenga. El problema de la violencia entre nuestros niños y jóvenes debe ser abordado desde toda la comunidad, con medidas de prevención y de protección. Estos planes y rpotocolos deberian ser impulsados por los ayuntamientos. me parece muy interesante la iniciativa de Pepa Horno, conocéis su última publicación? los municipios frente a la violencia. http://www.pepahorno.es/espirales-consultoria-de-infancia/
Efectivamente Elvira, así es….interesante y necesaria la guía (descargué el libro de la página de Unicef)…por supuesto, la volencia es un problema de todos y desde los centros escolares tenemos mucho que hacer (de ahí el arículo), ideal sería poder trabajar en coordinación con los municipios desde parámetros como los que Pepa Horno propone.
Bienvenido a mi club.
Bien hallada, María José .:-)
No existe el acoso escolar, hay, y mucho, acoso social.
Pues sí, simplemente como profe me refiero al acoso social que se da entre las personas en edad escolar…y que muchas veces se produce en esas instituciones, desde las que creo se puede hacer mucho más, como en el artículo se indica…gracias Josep por el comentario y un abrazo.
Coincido con el análisis. Es un problema social en el que sólo veo escapismo. Los padres culpan a los colegio, los profesores a la familia : entre todos la mataron y ella sola se murió. El caso es que es un reflejo de una sociedad insana y en pleno proceso de anomia.
Pues claro, y en vez de culpar a otros, asumamos cada uno nuestras responsabilidades… la nuestra (de los profes), es importante dentro de las escuelas….
Lo que está claro es que todo el mundo tira los balones fuera. De eso, por desgracia sé un rato.
Siempre existieron los chavales y las chavales que te acojonaban en las escuelas. La solución no erán cursos, sino la búsqueda de equilibrios estratégicos entre los propios alumnos.
Pero ahora se trata de convertirlo en moda y vender muuuuchos libros.
Y además de libros, muchos cursos, charlas y demás artefactos que giran externamente a los puntos donde realmente suceden las cosas día a día, aula a aula, pasillo a pasillo… y donde más que paripés administrativo-curriculares (digamos), hacen falta vivencias e implicaciones reales en la construcción de hábitats escolares acordes con las condiciones de desarrollo aprendizaje del ser humano. Y así, más allá de una acción solo enfocada a un problema determinado, se favorecen esos equilibrios mencionados por Santiago y la convivencia social en general….
Con tu permiso lo voy a compartir.
Por supuesto…gracias Judith.
Muy de acuerdo con tu planteamiento.
Manolo.lo que siempre crei y aseguro que daría un enriquecimiento personal a educadores además de oportunidades a TODOS los chavales.
Así es, Bruno, gracias, continuamos trabajando en esa línea…un abrazo.
Chapó
Muchas gracias, y…¡saludos!
El termino de discapacidad no hay espacio en mi mente, todos tenemos capacidades. Que nos permite desarrollarnos en la vida.
Hola Marcial, efectivamente, de ahí lo que en este post se defiende (por cierto, pusiste este comentario,que supongo es a la entrada sobre las escuelas excluyentes, bajo otro post, el que se refiere al acoso escolar. Saludos.
El acoso escolar en todas sus formas se debe erradicar, se necesita esfuerzo comunitario es responzabilidad de todos y con todos y en todos niveles de la sociedad organizada, la indiferencia alimenta al acoso.
Muy valiente y certero.Por alguna razón nadie quiere hablar de lo que estamos haciendo con las y los menores en las instituciones educativas.Defender la escuela pública es poder hablar de lo que sucede dentro de sus muros para mostrarla con la transparencia ineludible cuando se trabaja con menores
Gracias Car por decirlo, creo es necesario que nos vayamos comunicando todos aquellos profes a los que ciertas «prácticas educativas» (por llamarles de alguna forma) que vemos desarrollarse en los centros, nos indignan. Saludos.